En esta séptima asamblea de laicos a este encuentro de la familia extensiva de Nazaria Ignacia, a este punto en el tiempo y en el espacio en el que coincidimos aquellos que respiramos el mismo Espíritu, aquellos que sentimos que nuestra vida se mueve por Principios y Fundamentos similares, aquellos que dejamos que nuestra vida se mueva en la misma frecuencia vital, en la del Carisma de misión, anuncio y Evangelio al estilo de Santa Nazaria Ignacia.

Aunque nos parezca que todo está desolado, en esta tierra, el Señor se empeña en regenerar, en hacer renacer la esperanza. Volvemos a encontrarnos, los grupos vuelven a reunirse, los proyectos vuelven a reanudarse, volvemos a abrazarnos, Volvemos……. Volvemos a soñar, a proyectar ilusiones y esperanzas.

Y nosotros, volvemos a reunirnos en esta Asamblea, bajo el lema “SOPLAR LAS BRASAS … EXTENDER EL REINO”.

Soplar, anadsiropear, dejar que el soplo del Espíritu que abre horizontes despierta la creatividad, nos renueva en la fraternidad y nos da la vida; dejar que ese soplo del Espíritu haga su trabajo Soplar las brasas; porque las brasas, como la rendija, como la mostaza, como la levadura nos demuestran el poder de lo pequeño, de lo que aparentemente no tiene vida, pero todas ellas encierran en si misma la potencia de ser, una esperanza de algo mucho mayor. Las brasas son signo de vida en si mismo.  Hemos participado 9 personas desde Barcelona.

A lo largo de esta Asamblea hemos compartido como debemos soplar estas brasas en la realidad del mundo en nuestros entornos, hemos compartido con distintos grupos de distintas provincias, a lo largo de estos días hicimos distintas actividades donde hemos enriquecido mucho con nueva experiencia, terminamos el encuentro con la misa. Salimos todas con las ganas de que vamos a soplar, y vamos a dejar que sople el Espíritu sobre las brasas de nuestra interioridad, de nuestra espiritualidad, de nuestra misión, de nuestro ser creyentes y de nuestro ser familia se extiende por todo el mundo.